Page 119 - Manejo defensivo para automovilistas parte 1
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Estrés
El estrés es un mecanismo de defensa del organismo ante
situaciones amenazantes o que demandan un gran esfuerzo.
En este sentido las reacciones de estrés pueden ayudar a
superar determinadas situaciones adversas, sin embargo, si la
situación se mantiene durante mucho tiempo pueden sufrirse
trastornos de sueño, ansiedad, problemas digestivos e incluso
infartos.
El estrés implica que la energía síquica se convierte en angustia
provocando reacciones incorrectas. En lugar de concentrar las
fuerzas en la solución de un problema difícil, el estrés empeora la
conducta orientada a la solución del problema. No obstante, es
importante recordar que no todo el estrés tiene que ser
necesariamente negativo. Por el contrario, cierto grado de estrés
puede contribuir a mejorar el rendimiento. La influencia negativa
de un grado demasiado alto de estrés radica en que el conductor
puede tener reacciones impulsivas y/o reducir su campo de
atención, aferrándose las personas a ciertos pensamientos o
acciones. Entonces, se ve afectado por cierta rigidez cerebral y
muscular.
Otra forma de reacción a causa del estrés es el “rendirse”. La
sensación de fracaso se convierte inconscientemente en el
sentimiento dominante y quien conduce se muestra pasivo y, en
el peor de los casos, alejado de sí mismo y contemplando el
desarrollo de los acontecimientos como si fuera un espectador.
También existe la posibilidad de que una persona bajo estrés
pueda tener reacciones de pánico. Los sentimientos se apoderan
de ella, efectuando una serie de acciones innecesarias o
simplemente inadecuadas. Un conductor dominado por el pánico
no tiene posibilidad de resolver por sí mismo la situación.