Page 102 - PRIMEROS AUXILIOS AVANZADOS
P. 102

Determine la presencia del pulso distal.

 La circulación de la sangre del muslo hacia el pie puede confirmarse sintiendo el pulso pedio. Este pulso puede sentirse en el


 empeine (entre el dedo gordo y el segundo). El remover los zapatos del paciente puede causar problemas serios si hay lesiones


 en la espina, pierna o pie. A menos que tenga que remover las botas o zapatos, para detener un sangrado obvio, no se las quite


 si existen indicaciones de lesión por aplastamiento del pie o la pierna, objetos incrustados en el pie o pierna, fracturas severas o


 indicaciones de lesión espinal.


 RECUERDE: Lo que puede hacer para mejorar problemas de circulación es mínimo. No cause lesiones adicionales al paciente


 por tratar de tomar el pulso pedio. Cuando sea posible revise el pulso pedio en ambas piernas.


 Revise la actividad de los nervios y posible parálisis de las extremidades inferiores.


 Esto no deberá ejecutarse en aquellos pacientes donde exista la posibilidad de fractura o dislocación de los miembros inferiores.


 No  agrave  las  posibles  lesiones  por  remover  los  zapatos.  Si  no  puede  determinar  la  existencia  de  parálisis,  asuma  que  el


 paciente tiene una lesión espinal. Comience por solicitarles a los pacientes conscientes que muevan cada pie, extendiéndolo y


 flexionándolo cada uno de ellos.


 A continuación, si el paciente responde, tóquele un dedo y pregúntele cuál dedo le está tocando. Usted puede agarrar un dedo a


 través del zapato si cree que no hay lesiones en ellos. Finalmente, dígale al paciente que presione la planta del pie contra la


 palma de su mano. Cualquier falla en la realización de estas acciones indica la posibilidad de una lesión de las vías nerviosas.



 Cualquier  paciente  con  hallazgos  de  este  tipo  debe  ser  considerado  como  que  tiene  lesión  en  la  columna.  El  examen  debe


 hacerse en ambos pies. Si el paciente está inconsciente, lo anterior no le servirá.


 En estos pacientes, es necesario usar pruebas más drásticas. Si es posible, quítele con mucho cuidado el zapato.   Sosténgale


 la pierna a nivel del tobillo y con la otra raspe la planta del pie con un objeto. La tapa de un bolígrafo o un aplicador roto funciona


 bien en esta prueba. Estos procedimientos deben hacerse a ambos pies.
   97   98   99   100   101   102   103   104   105   106   107